El acné juvenil. Síntomas y tratamientos
El acné se produce por la inflamación de pequeños sacos que engloban la raíz de los futuros pelos de la barba. El acné afecta al 80% de los adolescentes y se presenta en forma de puntos negros, pápulas, pústulas, quistes llenos de pus y, en las formas graves, lesiones profundas infectadas.
El acné es, sin duda el gran enemigo de cualquier adolescente. Es un problema cutáneo que hace que aparezcan en el rostro una serie de puntos negros, pequeños granos y heridas que además pueden dejar marcas si se rascan de manera continuada. la formación del acné depende de la intervención de algunas hormonas, el sebo, las bacterias y las modificaciones en la estructura de la piel.
Según la importancia de las lesiones, el acné puede ser leve o grave. Generalmente aparece en la cara, los hombros, el cuello y la espalda.
El tratamiento local del acné (es decir, por vía externa) mediante cremas, geles o lociones es suficiente en la mayoría de los casos. Es muy recomendable el uso de jabón de azufre para paliar los efectos grasos de las cremas anti acné.
Los productos que se emplean son irritantes para la piel, por lo que hay que utilizarlos siguiendo las pautas concretas establecidas por el médico. El tratamiento es eficaz si se sigue diariamente durante 3 o 4 meses, por lo menos.
Se recomienda lavar la piel cada día con un jabón suave y aclararla bien. Se desaconseja totalmente manipular los puntos negros y los granos causados por el acné. Se corre el riesgo de provocar una infección del folículo piloso. Los cosméticos que contienen aceites favorecen la formación de comedones y están contraindicados, al igual que ciertos productos agresivos para la piel. El sol, aunque parezca mentira, puede mejorar las lesiones superficiales causadas por el acné.